Dos frases de película puedo recordar a mis 23 años. Ambas muy importantes, y una de ellas motivo de esta entrada.
"Lo bueno de la verdad es que todos sabemos lo que es. Nadie la olvida, simplemente nos hacemos mejores para mentir".
Wow.
Lo mejor no es lo absolutamente innegable de la frase. Lo mejor es el significado de "mejores para mentir". Creo que en cuanto logramos engañarnos a nosotros mismos, hemos dominado el oficio de mentir. No puedes ser mejor que eso mintiendo.
Al día siguiente de haber escuchado esa línea, estaba en una playita medio escondida de Nayarit. Y ahí, poquito más abajo de las miles de estrellas que saturaban el cielo, estaba yo, con cuatro amigos (los más viejos y los más nuevos que tengo) escuchando a una banda compuesta por un argentino, un hawaiano y un sudafricano.
Súbitamente, y mientras ellos tocaban, se hizo evidente la frase sobre la verdad. Porque engloba a todo lo relacionado con la verdad: lo auténtico, lo real, lo espontáneo, lo innegable y demás tesoros de la vida. Y no podía ocultarse que la música de aquellos tres regados por el mundo, era auténtica y compuesta naturalmente con el propósito de transimitir una idea desarrollada en sus cabezas.
¿Qué tan difícil habrá de ser encontrar algo auténtico para dedicarle tu vida? De repente, me pongo a pensar si "eso" se puede encontrar en una ciudad.... entre oficinas, carros, televisiones, semáforos, banquetas, claxons y caos. Creo que veo algo...
