domingo, 11 de diciembre de 2016

Dar gracias

Era muy joven para entender fuerte y claro que la impermanencia es, inevitablemente, permanente.
Lo era también para darme cuenta de que el tiempo es veloz cuando no lo vigilas. Y lo fui para creer que el amor es romántico.

Gracias por enseñarme que el mundo entero no es lo suficientemente vasto para esconder a dos personas que se van a encontrar.
Por ayudarme a mirar hacia adentro.
Por recordarme que sólo en la obscuridad es donde brillan las cosas.
Por acompañarme a explorar.
Por ser libre conmigo y reírnos juntos de nosotros mismos.
Por no conformarte con el silencio.
Por creer en las cosas que yo no creía.
Por compartir conmigo las estrellas.