lunes, 7 de octubre de 2013

Más vale


Honestamente, más vale que llueva esta noche. 
Porque más vale que algo diferente azote la ventana. Que un olor distinto me atraviese la nariz y la garganta y no sea ya el sabor transparente a nada que reptó mi cuerpo desde en la mañana.
No sólo por eso, sino porque vale más que de agua se mojen las sábanas y los calcetines, a que se seque la espontaneidad ingenua de la adolescencia. 
Sobre todo, más vale que esta noche llueva, porque sé que cada gota está ansiando susurrarme una vez más que dominar el pasado no significa conocerse a sí mismo. Que para escapar no es necesario ni siquiera moverse, mientras escapen la mente y la voluntad. Y que la única manera de abrazar el pasado, es dejarlo ir muy lejos.

Pero ante todas las cosas, que llueva esta noche, porque es menos probable. Y de improbabilidades realizadas quiero llenar mi vida.

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